ENTRENAMIENTO
PRECOZ [1]
Si la misión del entrenamiento deportivo es la de
prepararse para competir, el entrenamiento
precoz es alistarse para hacerlo “tempranamente”. Debe destacarse que este
tema está permanentemente asociado al de la “búsqueda de talentos”.
Sus características son:
·
especialización temprana;
·
sacrificio, seriedad, dureza;
·
planificación:
·
rígida;
·
búsqueda de objetivos resultadistas;
·
unilateralidad;
·
logro del máximo rendimiento (Feige,
citado por Erwin Hann).
La competencia se inicia
con el nacimiento, y eso no es malo, pero
La competencia se inicia con el nacimiento, y eso no
es malo, pero para las actividades deportivas hay que educarse y concretarlas
en el momento oportuno. Si se reciben estímulos inadecuados, correspondientes a
edades superiores, los mismos resultarán, por lo menos, inútiles, y a veces,
hasta peligrosos.
Un artículo titulado “Crecer corriendo”, de autor
anónimo, citado por Klaus Roth de Australia, formula estas afirmaciones:
·
La juventud es, todavía, una época de
juegos, crecimiento y exploración.
·
Los atletas jóvenes son un montón de
contradicciones.
·
A veces son más dúctiles que los maduros
y, a veces, más frágiles.
·
Sufren mucho las derrotas.
·
Son bastantes desinhibidos.
·
Gustan de los reconocimientos.
·
Son dispersos, les falta atención.
No son pocos los experimentos que se hacen en deportes
antes de los 9 años, especialmente en Gimnasia Deportiva, Rítmica, Natación y
Atletismo, con varias horas de duración (Augusto Pila Teleña – España). En
Gimnasia Artística los partidarios de la “precocidad deportiva” sostienen que
niñas menores de 6/7 años pueden alcanzar a los 12/14 la aptitud necesaria para
destacarse en competencias internacionales, desarrollando verdaderos
entrenamientos, con una continuidad rigurosa, orientado hacia esfuerzos
máximos.
La obtención de algún éxito aislado no sirve para
tapar la cantidad de jóvenes que abandonan el deporte cuando tendrían que estar
iniciándolo. Los deportistas no se “destruyen”, “se construyen”. Para ello,
deben evitarse las presiones y aceleraciones.
Otra corriente rechaza ese criterio por superar las
posibilidades de un niño, provocando un estrés excesivo y, en consecuencia,
exponiéndolo a tener accidentes, problemas de crecimiento y desarrollo (lesiones
en cartílagos de crecimiento, microtraumas por repetición, etc.); en lo
psicológico, un excesivo individualismo. (Nicolas Kovaci – México).
Cuando se hace lo debido sólo una minoría llega al
éxito, caso contrario, no llega ninguno.
La actividad acuática (ambientación) puede practicarse
desde los 6 meses de vida. Resulta buena para los bebés porque estimula la
coordinación psicomotriz y favorece el desarrollo cardio respiratorio y
muscular.
“Acelerar la maduración” ha sido un interés notorio de
las últimas décadas, pero el ejercicio no precipita los procesos de maduración,
lo cual es la resultante de factores internos sobre los cuales el entrenamiento
sólo produce efectos en el momento en que la función es posible. Los estímulos
impropios que corresponden a un futuro adecuado de la vida, en otro momento
resultan estériles.
Los individuos tienen distintos umbrales de intensidad en cuanto a la tolerancia al estímulo. Si
éste está debajo de aquél no se genera ninguna reacción de adaptación, y si se
lo sobrepasa, se puede romper el ritmo de adaptación y acumularse fatiga
(sobreentrenamiento). Indudablemente, los estímulos deben ser acordes al umbral
de cada individuo (Renato Manno - Italia).
Es bueno tener en cuenta que al final de la niñez se
ha adquirido un alto nivel de destreza motora y si los niños son conducidos
hábilmente, verán facilitados los avances en la pubertad. Esta etapa se
distingue principalmente por:
· la modificación de las proporciones corporales;
· desarrollo de los caracteres sexuales secundarios;
· algunas desarmonías de movimientos.
Antes de los 10/12 años el objetivo de los jóvenes
debe ser adquirir y desarrollar las conductas deportivas básicas y generales.
Hasta ese momento, la preparación debe enriquecer todas las cualidades
perceptivo-motrices y las destrezas. Debe contar con actividades
multilaterales, inespecíficas y de largo plazo, dejando la especialización como
una última etapa en la que se alcanzará el pleno potencial.
Quienes deseen elegir individuos con talento natural
deben empezar estableciendo programas de entrenamiento (o preparación) en los
que participe la mayor cantidad posible de niños… Esta selección comienza en
las Escuelas y continúa en los Clubes. La actitud, el interés personal, la
participación y el rendimiento, son elementos prioritarios en la observación
para buscar futuros talentos. Son también determinantes:
· la altura y el peso corporal;
· la velocidad en carreras;
· la resistencia;
· la coordinación;
· la habilidad en los juegos;
· la capacidad demostrada en actividades multilaterales.
El niño en su etapa de crecimiento y el joven en su
período de maduración, se distinguen de un adulto en las proporciones de cada
parte del cuerpo y el acentuado desarrollo de algunos rasgos corporales. Las
distintas partes del cuerpo se desarrollan con distintos ritmos. Estas
expresiones aumentan el interés por el estudio del desarrollo en el cuadro
formulado por Grimm.
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